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Mostrando entradas de marzo, 2013

"Las patrias de Alatriste"

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Guillermo Altares  EL PAÍS, 22/10/2011  Alatriste vuelve, cinco años después de la última novela y 15 después del inicio de la serie literaria de Arturo Pérez-Reverte. Este soldado cansado viaja a la peligrosa Venecia del XVII en El puente de los Asesinos. Pero el telón de fondo es el mismo: la España descarnada y violenta del Siglo de Oro, la época que para bien y para mal nos forjó como país. Puesto a maltratar y degollar infieles, argumentó, prefería a los que eran capaces de defenderse. Y en eso seguía, azares de la vida, casi veinte años después". En uno de los momentos clave de la serie, al principio de la ya penúltima entrega, Corsarios de Levante, el Capitán Alatriste recuerda los tiempos duros en que, tras más de una década combatiendo en los campos de batalla europeos en el Tercio de Cartagena, acabó participando en la represión de los moriscos españoles. Degollinas, violaciones, saqueos, salvajadas en un universo, el suyo y quizás el nues

"Todo"

Marc Parrot Todo lo que sé Es que tu amor es lo único que quiero Y lo que tengo es Lo que yo te di  mi corazón, mi cuerpo  y casi todos mis pensamientos Todo lo que tengo que decir,  sabré decírtelo en silencio Todo lo que quiero descubrir  está en el fondo de tus sueños Todo lo que hay  entre tú y yo,  no es nada más que tiempo que voy perdiendo

"La disputa del baciyelmo"

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Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616) El ingenioso hidalgo D. Quijote de la Mancha Cap. X LIV   Ya a esta sazón estaban en paz los huéspedes con el ventero, pues, por persuasión y buenas razones de don Quijote, más que por amenazas, le habían pagado todo lo que él quiso, y los criados de don Luis aguardaban el fin de la plática del oidor y la resolución de su amo, cuando el demonio, que no duerme, ordenó que en aquel mesmo punto entró en la venta el barbero a quien don Quijote quitó el yelmo de Mambrino y Sancho Panza los aparejos del asno, que trocó con los del suyo; el cual barbero, llevando su jumento a la caballeriza, vio a Sancho Panza que estaba aderezando no sé qué de la albarda, y así como la vio la conoció, y se atrevió a arremeter a Sancho, diciendo: -¡Ah don ladrón, que aquí os tengo! ¡Venga mi bacía y mi albarda, con todos mis aparejos que me robastes!  

"La invasión de las siglas (Poemilla muy incompleto)"

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Dámaso Alonso (1898-1990) USA, URSS.     USA, URSS, OAS, UNESCO: ONU, ONU, ONU. TWA, BEA, K.L.M., BOAC ¡RENFE, RENFE, RENFE! FURASA, CALASA, CULASA, CAMPSA, CUMPSA, KIMPSA: FETASA, FITUSA, CARUSA: ¡RENFE, RENFE, RENFE! ¡ S.O.S., S.O.S., S.O.S., S.O.S., S.O.S., S.O.S. !

"El mundo en (las nuevas) siglas"

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Nacho Segurado 19/11/2010 20minutos.es El siglo de las siglas fue el siglo XX. Con sorna se quejaba de ello Dámaso Alonso en un poema - La invasión de las siglas - y con fría voluntad de filólogo lo analizaba Victor Klemperer en su tratado sobre la lengua del Tercer Reich . Pero hasta en eso los ciudadanos de este siglo somos discípulos del XX. Discípulos que acaban superando a sus maestros. Hiperespecialización y nuevas tecnologías; revolución geoestratégica y presencia abusiva de la economía.  El mundo se alimenta de nuevas siglas casi sin tiempo para digerir las que van quedado obsoletas. Para bien, las siglas nos ahorran tiempo y espacio, simplifican la cadena de trasmision de la burocracia y estandarizan los avances científicos. Para mal, robotizan el discurso y lo oscurecen con tecnicismos sólo aptos para entendidos en la materia . A continuación, una breve guía para acercarse a las más UCN (Usadas, Conocidas y Novedosas).

"El diccionario de Coll"

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José Luis Coll   (1931-2007) El diccionario de Coll   Abantronar: Dejar, desamparar a una persona o cosa, en día de tormenta.  Abarrimiento : Cansancio, fatiga, fastidio o molestia que siente el encargado del servicio de limpieza. Abdamen : Cavidad que en el cuerpo de las mujeres contiene principalmente los intestinos. Abiertamiente : Que miente con toda franqueza y sin reserva. Abundiente : Que posee dientes en cantidad copiosa, numerosa.   Acagóse : Final violento o trágico, después de una abundante o desordenada comida. Acobordar : Amedrentar, causar o poner miedo, mientras se adorna la tela con bordaduras o filigranas de hilatura.   Acojinamiento : Sentir pavor ante los cojines. Esta sensación era frecuente entre los sultanes y emires del Califato de Córdoba, cuando las innumerables mujeres del harén se aproximaban al marido con pretensiones de ser poseídas.   Acondonar : Ceñir o sujetar con un condón. Acoñar : Fabricar moneda con el coño. Aco

"Altazor: Canto IV (fragmento)"

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Vicente Huidobro  (1893-1948) Altazor   No hay tiempo que perder Ya viene la golondrina monotémpora Trae un acento antípoda de lejanías que se acercan Viene gondoleando la golondrina Al horitaña de la montazonte La violondrina y el goloncelo Descolgada esta mañana de la lunala Se acerca a todo galope Ya viene viene la golondrina Ya viene viene la golonfina Ya viene la golontrina Ya viene la goloncima Viene la golonchina Viene la golonclima Ya viene la golonrima Ya viene la golonrisa La goloniña La golongira La golonlira La golonbrisa La golonchilla Ya viene la golondía Y la noche encoge sus uñas como el leopardo Ya viene la golontrina Que tiene un nido en cada uno de los dos calores Como yo lo tengo en los cuatro horizontes Viene la golonrisa Y las olas se levantan en la punta de los pies Viene la goloniña Y siente un vahido la cabeza de la montaña Viene la golongira Y el viento se hace parábola de sílfides en orgía Se llenan de notas

"Érase un hombre a una nariz pegado..."

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Francisco de Quevedo (1580-1645) Érase un hombre a una nariz pegado, érase una nariz superlativa, érase una alquitara medio viva, érase un peje espada mal barbado; era un reloj de sol mal encarado. érase un elefante boca arriba, érase una nariz sayón y escriba, un Ovidio Nasón mal narigado. Érase el espolón de una galera, érase una pirámide de Egito, los doce tribus de narices era; érase un naricísimo infinito, frisón archinariz, caratulera, sabañón garrafal, morado y frito.

"Hombres necios que acusáis..."

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Sor Juana Inés de la Cruz  (1651-1695) Hombres necios que acusáis a la mujer sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis: si con ansia sin igual solicitáis su desdén, ¿por qué queréis que obren bien si la incitáis al mal? Combatís su resistencia y luego, con gravedad, decís que fue liviandad lo que hizo la diligencia.

"El que escriba `habrir` no debería graduarse"

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Elisa Silió El País , 16/02/2013  Escribir habrir es una falta de ortografía tan descabellada e inverosímil que parece un signo de rebeldía, como quien escribe okupa. Sin embargo, cuando una profesora de Hispánicas —letras— y otra de Agrónomos —ciencias— repasan en común mentalmente las faltas más habituales de sus alumnos aparece pronto el dichoso habrir. ¿Cómo llegan a una falta tan rocambolesca? Probablemente, conjeturan las docentes, porque no distinguen “habría” del verbo haber de “abría” (casi siempre escrito sin acento) de abrir. Los fallos ortográficos y de expresión son frecuentes en unos estudiantes que con esa ortografía no hubiesen pisado la Universidad. Los profesores reconocen que el panorama es desolador, pero pocos bajan la nota de un examen por la ortografía y la expresión —menos aún en las carreras de ciencias— y no existen reglas comunes para baremar este asunto en los departamentos de las facultades. “Hay algo de verdad y algo de tópico. Si no hubi