Chistes hiperbólicos o "tantanes"
Era un hombre tan alto que se comió un yogur y cuando llegó al estómago ya estaba caducado. Era tan alto, que tropezó en un pueblo y cayó en otro. Era un hombre tan alto que tropezó el jueves y se cayó el domingo. Era un hombre tan alto que cuando miraba hacia abajo le daba vértigo. Era un hombre tan avaro que no prestaba ni la menor atención. Era un hombre tan avaro que no se ponía al sol para no dar sombra. Era un hombre tan bajo que la cabeza le olía a pies. Era un hombre tan bruto que en vez de peine usaba serrucho.