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Mostrando entradas de marzo, 2014

Defensa de la alegría

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Mario Benedetti (1920-2009) a trini Defender la alegría como una trinchera defenderla del escándalo y la rutina de la miseria y los miserables de las ausencias transitorias y las definitivas defender la alegría como un principio defenderla del pasmo y las pesadillas de los neutrales y de los neutrones de las dulces infamias y los graves diagnósticos defender la alegría como una bandera defenderla del rayo y la melancolía de los ingenuos y de los canallas de la retórica y los paros cardiacos de las endemias y las academias defender la alegía como un destino defenderla del fuego y de los bomberos de los suicidas y los homicidas de las vacaciones y del agobio de la obligación de estar alegres

No te salves

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Mario Benedetti (1920-2009) No te quedes inmóvil al borde del camino no congeles el júbilo no quieras con desgana no te salves ahora ni nunca no te salves no te llenes de calma no reserves del mundo sólo un rincón tranquilo no dejes caer los párpados pesados como juicios no te quedes sin labios no te duermas sin sueño no te pienses sin sangre no te juzgues sin tiempo pero si pese a todo no puedes evitarlo y congelas el júbilo y quieres con desgana y te salvas ahora y te llenas de calma y reservas del mundo sólo un rincón tranquilo y dejas caer los párpados pesados como juicios y te secas sin labios y te duermes sin sueño y te piensas sin sangre y te juzgas sin tiempo y te quedas inmóvil al borde del camino y te salvas entonces no te quedes conmigo.

Estados de ánimo

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Mario Benedetti (1920-2009)            A veces me siento como un águila en el aire ... ( A propósito de una canción de de Pablo Milanés ) Unas veces me siento como pobre colina, y otras como montaña de cumbres repetidas, unas veces me siento como un acantilado, y en otras como un cielo azul pero lejano, a veces uno es manantial entre rocas, y otras veces un árbol con las últimas hojas, pero hoy me siento apenas como laguna insomne, con un embarcadero ya sin embarcaciones, una laguna verde inmóvil y paciente conforme con sus algas sus musgos y sus peces, sereno en mi confianza confiando en que una tarde, te acerques y te mires , te mires al mirarme

"Malditos refranes"

Gabinete Caligari Al calor del amor en un bar (1986) Me levanté temprano pero Dios no me ayudó. Anduve muy caliente y la gente se rió. No le miré los dientes y qué poco me duró. Dejé correr el agua y la sed me consumió.

La lechera

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Félix Mª de Samaniego (1745-1801) Llevaba en la cabeza una lechera el cántaro al mercado con aquella presteza, aquel aire sencillo, aquel agrado, que va diciendo a todo el que lo advierte ¡Yo sí que estoy contenta con mi suerte! Porque no apetecía más compañía que su pensamiento, que alegre le ofrecía inocentes ideas de contento. Marchaba sola la feliz lechera, y decía entre sí de esta manera: "Esta leche vendida, en limpio me dará tanto dinero, y con esta partida un canasto de huevos comprar quiero, para sacar cien pollos, que al estío merodeen cantando el pío, pío" "Del importe logrado de tanto pollo mercaré un cochino; con bellota, salvado, berza, castaña engordará sin tino; tanto que puede ser que yo consiga ver como se le arrastra la barriga" "Llevarélo al mercado: sacaré de él sin duda buen dinero; compraré de contado una robusta vaca y un ternero, que salte y corra toda la campaña, hasta el monte cercano a la cabaña". Con este pensam

La lechera

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Esopo  S.VI a.C. Una lechera llevaba en la cabeza un cubo de leche recién ordeñada y caminaba hacia su casa soñando despierta. "Como esta leche es muy buena", se decía, "dará mucha nata. Batiré muy bien la nata hasta que se convierta en una mantequilla blanca y sabrosa, que me pagarán muy bien en el mercado. Con el dinero, me compraré un canasto de huevos y, en cuatro días, tendré la granja llena de pollitos, que se pasarán el verano piando en el corral. Cuando empiecen a crecer, los venderé a buen precio, y con el dinero que saque me compraré un vestido nuevo de color verde, con tiras bordadas y un gran lazo en la cintura. Cuando lo vean, todas las chicas del pueblo se morirán de envidia. Me lo pondré el día de la fiesta mayor, y seguro que el hijo del molinero querrá bailar conmigo al verme tan guapa. Pero no voy a decirle que sí de buenas a primeras. Esperaré a que me lo pida varias veces y, al principio, le diré que no con la cabeza. Eso es, le

Geografía

La Oreja de Van Gogh Lo que te conté mientras te hacías la dormida (2003) Me gustaría inventar un país contigo para que las palabras como patria o porvenir, bandera, nación, frontera, raza o destino tuvieran algún sentido para mí. Y que limite al este con mil amigos, al sur con tus pasiones y al oeste con el mar. al norte con los secretos que nunca te digo para gobernarlos de cerca si los quieres conquistar.