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Mostrando entradas de diciembre, 2015

"Margot"

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Pereza Aproximaciones (2007) ¿Dónde estarás esta noche? ¿Dónde va a ser el fiestón? ¿Dónde estarás esta noche, mientras te hago esta canción? ¿Qué habrá sido de tu coche, esa chatarra de Ford? ¿Qué habrá sido desde entonces? ¿Qué llevarás puesto hoy? ¿Dónde estarás esta noche? ¿Dónde va a ser el fiestón? ¿Dónde estarás esta noche mientras te hago esta canción? Siempre con prisa por algo, Siempre  contrarreloj, Siempre planeando el cambio, Siempre sin frenos, Margot. ¿Dónde estarás esta noche? ¿Dónde estarás, corazón? ¿Donde estarás esta noche, mientras te hago esta canción? ¿Dónde estarán tus poderes, tu fuerza de convicción? ¿Qué hará contigo la gente, ahora que ya no estoy yo? Nena, no podia seguir tu rueda, Removí cielo con tierra, entre tu mezcla, de la carne y el cañón, Magdalena, siempre puesta hasta la bandera, empezaste a montar la fiesta, sola, en tu habitación. Y aun sigues siendo la reina, del

"Aunque tú no lo sepas"

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Luis García Montero Habitaciones separadas (1994) Como la luz de un sueño, que no raya en el mundo pero existe, así he vivido yo iluminado esa parte de ti que no conoces, la vida que has llevado junto a mis pensamientos... Y aunque tú no lo sepas, yo te he visto cruzar la puerta sin decir que no, pedirme un cenicero, curiosear los libros, responder al deseo de mis labios con tus labios de whisky, seguir mis pasos hasta el dormitorio. También hemos hablado en la cama, sin prisa, muchas tardes esta cama de amor que no conoces, la misma que se queda fría cuanto te marchas. Aunque tú no lo sepas te inventaba conmigo, hicimos mil proyectos, paseamos por todas las ciudades que te gustan, recordamos canciones, elegimos renuncias, aprendiendo los dos a convivir entre la realidad y el pensamiento. Espiada a la sombra de tu horario o en la noche de un bar por mi sorpresa. Así he vivido yo, como la luz del sueño que no rec

"Aunque tú no lo sepas"

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Enrique Urquijo y los Problemas  Desde que no nos vemos (1998)   Aunque tú no lo sepas  me he inventado tu nombre,  me drogué con promesas  y he dormido en los coches.  Aunque tú no lo entiendas  nunca escribo el remite en el sobre  por no dejar mis huellas.  Aunque tú no lo sepas  me he acostado a tu espalda  y mi cama se queja  fría cuando te marchas.  He blindado mi puerta  y al llegar la mañana  no me di ni cuenta  de que ya nunca estabas.  Aunque tú no lo sepas  nos decíamos tanto,  con las manos tan llenas,  cada día más flacos.  Inventamos mareas,  tripulábamos barcos  y encendía con besos  el mar de tus labios.

"La niña de los fósforos"

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  Hans Christian Andersen (1805-1875)     ¡Qué frío hacía! N evaba y comenzaba a oscurecer; era la última noche del año, la noche de San Silvestre. Bajo aquel frío y en aquella oscuridad, pasaba por la calle una pobre niña, descalza y con la cabeza descubierta. Verdad es que al salir de su casa llevaba zapatillas, pero, ¡de qué le sirvieron! Eran unas zapatillas que su madre había llevado últimamente, y a la pequeña le venían tan grandes que las perdió al cruzar corriendo la calle para librarse de dos coches que venían a toda velocidad. Una de las zapatillas no hubo medio de encontrarla, y la otra se la había puesto un mozalbete, que dijo que la haría servir de cuna el día que tuviese hijos.    Y así la pobrecilla andaba descalza con los desnudos piececitos completamente amoratados por el frío. En un viejo delantal llevaba un puñado de fósforos, y un paquete en una mano. En todo el santo día nadie le había comprado nada, ni le había dado un mísero c

"Romance de Abenámar y el rey don Juan"

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Anónimo. Romancero viejo. Siglo XV  "¡Abenámar, Abenámar, moro de la morería, el día que tú naciste grandes señales había! Estaba la mar en calma, la luna estaba crecida: Moro que en tal signo nace no debe decir mentira." Allí respondiera el moro, bien oiréis lo que decía: "Yo te lo diré, señor, aunque me cueste la vida, porque soy hijo de un moro y una cristiana cautiva; siendo yo niño y muchacho, mi madre me lo decía: que mentira no dijese, que era grande villanía: por tanto, pregunta, rey, que la verdad te diría." "Yo te agradezco, Abenámar aquesa tu cortesía. ¿Qué castillos son aquéllos? ¡Altos son y relucían!  "El Alhambra era, señor, y la otra la Mezquita; los otros los Alixares, labrados a maravilla. El moro que los labraba cien doblas cobraba al día, y el día que no los labra, otras tantas se perdía. El otro es Generalife, huerta que par no tenía; el otro Torres Bermejas

"Romance del Infante Arnaldos"

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Anónimo. Romancero viejo. Siglo XV Quién hubiera tal ventura sobre las aguas del mar, como hubo el conde Arnaldos la mañana de san Juan yendo a buscar la caza para su falcón cebar, vio venir una galera que a tierra quiere llegar las velas trae de seda jarcias de oro torzal áncoras tiene de plata tablas de fino coral marinero que la guía diciendo viene un cantar que la mar ponía en calma los vientos hace amainar las aves que van volando al mástil vienen posar los peces que andan al fondo arriba los hace andar. Allí habló el infante Arnaldos bien oiréis lo que dirá "Por tu vida el marinero dígasme ahora ese cantar" Respondiole el marinero tal respuesta le fue a dar "Yo no digo mi canción sino a quien conmigo va" Y además...

"Romance de la Jura de Santa Gadea"

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Anónimo. Romancero viejo. Siglo XV En santa Gadea de Burgos, do juran los hijosdalgo, allí le toma la jura el Cid al rey castellano. Las juras eran tan fuertes que al buen rey ponen espanto; sobre un cerrojo de hierro y una ballesta de palo: —Villanos mátente, Alfonso, villanos, que no hidalgos, de las Asturias de Oviedo, que no sean Castellanos; mátente con aguijadas, no con lanzas ni con dardos; con cuchillos cachicuernos, no con puñales dorados; abarcas traigan calzadas, que no zapatos con lazo; capas traigan aguaderas, no de contray ni frisado; con camisones de estopa, no de holanda ni labrados; vengan cabalgando en burras, que no en mulas ni en caballos; frenos traigan de cordel, que no cueros fogueados. Mátente por las aradas, que no en villas ni en poblado; sáquente el corazón vivo por el siniestro costado; si no dijeres la verdad de lo que eres preguntando, si fuiste ni consentiste en la muerte de tu h

"Romance del prisionero"

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Anónimo. Romancero viejo. Siglo XV Que por mayo era, por mayo, cuando hace la calor, cuando los trigos encañan y están los campos en flor, cuando canta la calandria y responde el ruiseñor, cuando los enamorados van a servir al amor; sino yo, triste, cuitado, que vivo en esta prisión; que ni sé cuándo es de día ni cuándo las noches son, sino por una avecilla que me cantaba el albor. Matómela un ballestero; ¡déle Dios mal galardón! Y además...

"Romance del enamorado y la muerte"

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Anónimo. Romancero viejo. Siglo XV Un sueño soñaba anoche, soñito del alma mía, soñaba con mis amores que en mis brazos la tenía. Vi entrar señora tan blanca muy más que la nieve fría. - ¿Por dónde has entrado amor? ¿Cómo has entrado mi vida? Las puertas están cerradas, ventanas y celosías. - No soy el amor, amante: la Muerte que Dios te envía. - ¡Ay, Muerte tan rigurosa, déjame vivir un día! - Un día no puede ser, una hora tienes de vida. Muy de prisa se calzaba, más de prisa se vestía; ya se va para la calle, en donde su amor vivía. - ¡Ábreme la puerta, blanca, ábreme la puerta niña! - ¿Como te podré yo abrir si la ocasión no es venida? Mi padre no fue al palacio, mi madre no está dormida. - Si no me abres esta noche, ya no me abrirás querida; la Muerte me está buscando, junto a ti vida sería. - Vete bajo la ventana donde ladraba y cosía, te echaré cordón de seda para que subas arriba, y si el cordón no alc

Romance de doña Alda

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Anónimo. Romancero viejo. Siglo XV En París está doña Alda, la esposa de don Roldán, trescientas damas con ella para la acompañar; todas visten un vestido, todas calzan un calzar, todas comen a una mesa, todas comían de un pan, sino era doña Alda, que era la mayoral. Las ciento hilaban oro, las ciento tejen cendal, las ciento instrumentos tañen para doña Alda holgar. Al son de los instrumentos doña Alda dormido se ha; esoñando había un sueño, un sueño de gran pesar. Recordó despavorida y con un pavor muy gran; los gritos daba tan grandes que se oían en la ciudad. Allí hablaron sus doncellas, bien oiréis lo que dirán: -¿Qué es aquesto, mi señora? ¿Quién es el que os hizo mal? -Un sueño soñé, doncellas, que me ha dado gran pesar: que me veía en un monte en un desierto lugar: do so los montes muy altos, un azor vide volar, tras d'él viene un aguililla que lo ahínca muy mal; el azor con grande cuita, metió

Romance del Conde Olinos

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Anónimo. Romancero viejo. Siglo XV Madrugaba el conde Olinos mañanita de San Juan, a dar agua a su caballo a las orillas del mar. Mientras el caballo bebe canta un hermoso cantar; las aves que iban volando se paraban a escuchar: Bebe, mi caballo, bebe, Dios te me libre del mal: de los vientos de la tierra y de las furias del mar. De altas torres del palacio, la reina le oyó cantar: -Mira, hija, cómo canta la sirena de la mar. -No es la sirenita, madre, que ésta tiene otro cantar; es la voz del conde Olinos que por mis amores va. -Si es la voz del conde Olinos, yo le mandaré matar, que para casar contigo, le falta sangre real. Guardias mandaba la reina al conde Olinos buscar: que le maten a lanzadas y echen su cuerpo a la mar. La infantina, con gran pena, no cesaba de llorar; él murió a la medianoche y ella a los gallos cantar. a ella como hija de reyes la entierran en el altar, a él como hijo de condes u
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Amaral "Pájaros en la cabeza"  (2005) Como Nicolas Cage en "Living las Vegas" veo caer la nieve en la hierba, un Robinson en una isla desierta. Como Nicolas Cage en "Living las Vegas" soy el invierno contra tu primavera, un Dorian Gray sin pasado ni patria ni bandera. Será tu voz,  será el licor, serán las luces de esta habitación, será el poder de una canción, pero esta noche moriría por vos. Será el champagne,  será el color  de tus ojos verdes de ciencia ficción, la última cena para los dos pero esta noche moriría por vos

"Prólogo"

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(Fragmento) Juan Ruiz, Arcipreste de Hita. Siglo XIV: Libro de Buen Amor «“Te daré entendimiento y te instruiré en este camino, por el que has de andar: sobre ti fijaré mis ojos”, nos dice el profeta David, en nombre del Espíritu Santo. […] Por lo que yo, en mi poca sabiduría y mucha y gran ignorancia, comprendiendo cuántos bienes hace perder el loco amor del mundo al alma y al cuerpo, y los muchos males a que los inclina y conduce, escogiendo y queriendo con buena voluntad la salvación y gloria del Paraíso para mi alma, hice este pequeño escrito en muestra de bien, y compuse este nuevo libro en el que hay escritas algunas mañas, maestrías y sutilezas engañosas del loco amor del mundo, del que se sirven algunas personas para pecar. Y al leerlas y oírlas el hombre o la mujer de buen entendimiento, que se quiera salvar, elegirá y hará el bien […]. Tampoco los de corto entendimiento se perderán, pues, al leer y meditar el mal que hacen —o que tienen intención de hacer— lo

Disputa entre griegos y romanos

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Juan Ruiz, Arcipreste de Hita. Siglo XIV: Libro de Buen Amor Entiende bien mis dichos y medita su esencia; no me ocurra contigo como al doctor de Grecia con el patán de Roma y su poca sapiencia cuando Roma pidió a Grecia su gran ciencia. Así ocurrió que Roma de leyes carecía; se las pidió a Grecia, que buenas las tenía. Respondieron los griegos que no las merecía ni habrían de entenderlas, ya que nada sabían. Pero, si las quería para de ellas usar, con los sabios de Grecia debería tratar, mostrar si las comprenden y merecen lograr; esta respuesta hermosa daban por se excusar ]. Los romanos mostraron en seguida su agrado; la disputa aceptaron en contrato firmado mas, como no entendían idioma desusado, pidieron dialogar por señas de letrado. Fijaron una fecha para ir a contender; los romanos se afligen, no sabiendo qué hacer, pues, al no ser letrados, no podrán entender a los griegos doctores y su mucho saber. Estando en esta cuit

Amor por naturaleza

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Juan Ruiz, Arcipreste de Hita. Siglo XIV: Libro de Buen Amor Aristóteles dijo, y es cosa verdadera, que el hombre por dos cosas trabaja: la primera, por el sustentamiento, y la segunda era por conseguir unión con hembra placentera. Si lo dijera yo, se podría tachar, mas lo dice un filósofo, no se me ha de culpar. De lo que dice el sabio no debemos dudar, pues con hechos se prueba su sabio razonar. Que dice verdad el sabio claramente se prueba; hombres, aves y bestias, todo animal de cueva desea, por natura, siempre compaña nueva y mucho más el hombre que otro ser que se mueva. Digo que más el hombre, pues otras criaturas tan sólo en una época se juntan, por natura; el hombre, en todo tiempo, sin seso y sin mesura, siempre que quiere y puede hacer esa locura. Prefiere el fuego estar guardado entre ceniza, pues antes se consume cuanto más se le atiza; el hombre, cuando peca, bien ve que se desliza, mas por naturaleza, en el mal profu

Condiciones que ha de tener la mujer para ser bella

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Juan Ruiz, Arcipreste de Hita. Siglo XIV: Libro de Buen Amor Si quieres amar dueñas o a cualquier mujer muchas cosas tendrás primero que aprender para que ella te quiera en amor acoger. Primeramente, mira qué mujer escoger. Busca mujer hermosa, atractiva y lozana, que no sea muy alta pero tampoco enana; si pudieras, no quieras amar mujer villana, pues de amor nada sabe, palurda y chabacana. Busca mujer esbelta, de cabeza pequeña, cabellos amarillo no teñidos de alheña; las cejas apartadas, largas, altas, en peña; ancheta de caderas, ésta es talla de dueña. Ojos grandes, hermosos, expresivos, lucientes y con largas pestañas, bien claras y rientes; las orejas pequeñas, delgadas; para mientes (fíjate) si tiene el cuello alto, así gusta a las gentes. La nariz afilada, los dientes menudillos, iguales y muy blancos, un poco apartadillos, las encías bermejas, los dientes agudillos, los labios de su boca bermejos, angostillos. La su boc