El final de D. Álvaro

(1791-1865)
Don Álvaro o la fuerza del sino.
Acto V, escena X


D ÁLVARO, D. ALFONSO Y DOÑA LEONOR, vestida con un saco, y esparcidos los cabellos, pálida y desfigurada, aparece a la puerta de la gruta, y se oye repicar a lo lejos las campanas del convento
 DOÑA LEONOR. Huid, temerario; temed la ira del cielo.
 DON ÁLVARO. (Retrocediendo horrorizado por la montaña abajo.) ¡Una mujer!... ¡Cielos!... ¡Qué
acento!... ¡Es un espectro!... Imagen adorada... ¡Leonor ¡Leonor!
 DON ALFONSO. (Como queriéndose incorporar.) ¡Leonor!... ¿Qué escucho? ¡Mi hermana!
 DOÑA LEONOR. (Corriendo detrás de don Álvaro.) ¡Dios mío! ¿Es don Álvaro?... Conozco su voz...Él es... ¡Don Álvaro!
 DON ALFONSO. ¡O furia! Ella es... ¡Estaba aquí con su seductor!... ¡Hipócritas!... ¡Leonor!!!
 DOÑA LEONOR. ¡Cielos!... ¡Otra voz conocida!... ¿Mas qué veo?... (Se precipita hacia donde ve a
DON ALFONSO.)
 DON ALFONSO. ¡Ves al último de tu infeliz familia!
 DOÑA LEONOR. (Precipitándose en los brazos de su hermano.) ¡Hermano mío!... ¡Alfonso!
 DON ALFONSO. (Hace un esfuerzo, saca un puñal, y hiere de muerte a Leonor.) Toma, causa de tantos desastres, recibe el premio de tu deshonra... Muero vengado. (Muere.)
 DON ÁLVARO. ¡Desdichado!... ¿Qué hiciste?... ¡Leonor! ¿Eras tú?... ¿Tan cerca de mí estabas?... ¡Ay!(Sin  osar acercarse a los cadáveres.) Aún respira... aún palpita aquel corazón todo mío... Ángel de mi vida... vive, vive... yo te adoro... ¡Te hallé, por fin... sí, te hallé... muerta! (Queda inmóvil.)



ESCENA ÚLTIMA

Hay un rato de silencio; los truenos resuenan más fuertes que nunca, crecen los relámpagos, y se oye
cantar a lo lejos el Miserere a la comunidad, que se acerca lentamente
 VOZ DENTRO. Aquí, aquí; ¡qué horror! (DON ÁLVARO vuelve en sí, y luego huye hacia la montaña.)
(Sale el P. GUARDIÁN con la comunidad, que queda asombrada.)
 P. GUARDIÁN. ¡Dios mío!... ¡Sangre derramada! ¡Cadáveres!... ¡La mujer penitente!
 TODOS LOS FRAILES. ¡Una mujer!... ¡Cielos!
 P. GUARDIÁN. ¡Padre Rafael!
 DON ÁLVARO. (Desde un risco, con sonrisa diabólica, todo convulso, dice:) Busca, imbécil, al P.
Rafael... Yo soy un enviado del infierno, soy el demonio exterminador... Huid, miserables.
 TODOS. ¡Jesús, Jesús!
 DON ÁLVARO. Infierno, abre tu boca y trágame. Húndase el cielo, perezca la raza humana;
exterminio, destrucción... (Sube a lo más alto del monte y se precipita.)
 EL P. GUARDIÁN Y LOS FRAILES. (Aterrados y en actitudes diversas.) ¡Misericordia, Señor!
¡Misericordia!

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