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Mostrando entradas de junio, 2016

"A una fea y espantadiza de ratones"

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Francisco de Quevedo (1580-1645) ¿L O QUE al ratón tocaba, si te viera, haces con el ratón, cuando, espantada, huyes y gritas, siendo, bien mirada, en limpieza y en trampas ratonera? Juzgara, quien huyendo de él te viera, eras de queso añejo fabricada; y con razón, que estás tan arrugada, que pareces al queso por de fuera. ¿Quién pensó (por si ansí tu espanto abones) que coman solimán, que, atenta, guardas el que en tu cara juntas a montones? ¿Saltar huyendo quieres aun las bardas, cuando en roer no piensan los ratones tu tez de lana sucia de las cardas?

"Mujer puntiaguda con enaguas"

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Francisco de Quevedo (1580-1645)  "Retrato de la Infanta María Teresa"- Diego de Velázquez Si eres campana, ¿dónde está el badajo?; si pirámide andante, vete a Egito si peonza al revés, trae sobrescrito; si pan de azúcar, en Motril [1] te encajo. Si chapitel, ¿qué haces acá abajo? Si de diciplinante [2] mal contrito [3] eres el cucurucho y el delito, llámente los cipreses arrendajo [4] . Si eres punzón [5] , ¿por qué el estuche dejas? Si cubilete, saca el testimonio [6]; si eres coroza [7] , encájate en las viejas. Si büida [8] visión de San Antonio, llámate doña Embudo con guedejas; si mujer, da esas faldas al demonio.

"Pronuncia con sus nombres los trastos y miserias de la vida"

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Francisco de Quevedo (1580-1645) Las tres edades del hombre. Giorgio Barbarelli da Castelfranco, Giorgione La vida empieza en lágrimas y caca, luego viene la mu con mama y coco, síguense las viruelas, baba y moco, y luego llega el trompo y la matraca. En creciendo, la amiga y la sonsaca; con ella embiste el apetito loco; en subiendo a mancebo, todo es poco, y después la intención peca en bellaca. Llega a ser hombre, y todo lo trabuca; soltero sigue toda perendeca; casado se convierte en mala cuca. Viejo encanece, arrúgase y se seca; llega la muerte, y todo lo bazuca, y lo que deja paga, y lo que peca

"Desengaño de las mujeres"

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  Francisco de Quevedo (1580-1645)   Puto es el hombre que de putas fía, y puto el que sus gustos apetece; puto es el estipendio que se ofrece en pago de su puta compañía. Puto es el gusto, y puta la alegría que el rato putaril nos encarece; y yo diré que es puto a quien parece que no sois puta vos, señora mía. Mas llámenme a mí puto enamorado, si al cabo para puta no os dejare; y como puto muera yo quemado si de otras tales putas me pagare, porque las putas graves son costosas, y las putillas viles, afrentosas.

Fábula de Polifemo y Galatea Estrofas XIII y XIV

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  Luis de Góngora y Argote (1561-1527) "Acis y Galatea"  Jean Fran çois de Tr oy   XIII Ninfa, de Doris hija, la más bella, adora, que vio el reino de la espuma. Galatea es su nombre, y dulce en ella el terno Venus de sus Gracias suma  12 . Son una y otra luminosa estrella lucientes ojos de su blanca pluma: si roca de cristal no es de Neptuno, pavón de Venus es, cisne de Juno. Notas: 12   terno : trío. Aquí se refiere a las tres Gracias, divinidades que encarnaban la belleza, la alegría y la juventud.

"Cuando tu madre te parió cornudo..."

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Francisco de Quevedo (1580-1645) Cuando tu madre te parió cornudo, fue tu planeta un cuerno de la luna; de madera de cuernos fue tu cuna, y el castillejo un cuerno muy agudo. Gastaste en dijes cuernos a menudo; la leche que mamaste era cabruna; diote un cuerno por armas la Fortuna y un toro en el remate de tu escudo. Hecho un corral de cuernos te contemplo; cuernos pisas con pies de corneria; a la mañana un cuerno te saluda. Los cornudos en ti tienen un templo. Pues, cornudo de ti, ¿donde caminas con una estrella tan cornuda?

"Yo te untaré mis obras con tocino..."

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Francisco de Quevedo (1580-1645) Yo te untaré mis obras con tocino porque no me las muerdas, Gongorilla, perro de los ingenios de Castilla, docto en pullas, cual mozo de camino; Apenas hombre, sacerdote indino, que aprendiste sin cristus la cartilla; chocarrero de Córdoba y Sevilla, y en la Corte bufón a lo divino. ¿Por qué censuras tú la lengua griega siendo sólo rabí de la judía, cosa que tu nariz aun no lo niega? No escribas versos más, por vida mía; aunque aquesto de escribas se te pega, por tener de sayón la rebeldía.

"Miré los muros de la patria mía..."

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  Francisco de Quevedo (1580-1645) Miré los muros de la patria mía, si un tiempo fuertes, ya desmoronados, de la carrera de la edad cansados, por quien caduca ya su valentía.     Salíme al campo: vi que el sol bebía los arroyos del yelo desatados, y del monte quejosos los ganados, que con sombras hurtó su luz al día.     Entré en mi casa; vi que, amancillada, de mi anciana habitación era despojos; mi báculo, más corvo y menos fuerte;     vencida de la edad sentí mi espada. Y no hallé cosa en qué poner los ojos que no fuese recuerdo de la muerte.

"Todo tras sí lo lleva el año breve..."

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  Francisco de Quevedo (1580-1645)  Philippe de Champaigne: "Vanitas" Todo tras sí lo lleva el año breve de la vida mortal, burlando el brío al acero valiente, al mármol frío, que contra el Tiempo su dureza atreve.     Antes que sepa andar el pie, se mueve camino de la muerte, donde envío mi vida oscura: pobre y turbio río que negro mar con altas ondas bebe.     Todo corto momento es paso largo que doy, a mi pesar, en tal jornada, pues, parado y durmiendo, siempre aguijo.     Breve suspiro, y último, y amargo, es la muerte, forzosa y heredada; mas si es ley, y no pena, ¿qué me aflijo?

"¡Cómo de entre mis manos te resbalas...!"

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  Francisco de Quevedo (1580-1645) ¡Cómo de entre mis manos te resbalas! ¡Oh, cómo te deslizas, edad mía! ¡Qué mudos pasos traes, oh, muerte fría, pues con callado pie todo lo igualas! Feroz, de tierra el débil muro escalas, en quien lozana juventud se fía; mas ya mi corazón del postrer día atiende el vuelo, sin mirar las alas. ¡Oh, condición mortal! ¡Oh, dura suerte! ¡Que no puedo querer vivir mañana sin la pensión de procurar mi muerte! Cualquier instante de la vida humana es nueva ejecución, con que me advierte cuán frágil es, cuán mísera, cuán vana.

"Admírase de que Flora, siendo todo fuego y luz, sea toda hielo"

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Francisco de Quevedo (1580-1645) Hermosísimo invierno de mi vida, sin estivo calor constante yelo, a cuya nieve da cortés el cielo púrpura en tiernas flores encendida; esa esfera de luz enriquecida, que tiene por estrella al dios de Delo, ¿cómo en la elemental guerra del suelo reina de sus contrarios defendida? Eres Scitia del alma que te adora, cuando la vista, que te mira, inflama; Etna, que ardientes nieves atesora. Sí lo frágil perdonas a la fama, eres al vidro parecida, Flora, que siendo yelo, es hijo de la llama.

"Si quien ha de pintaros ha de veros..."

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Francisco de Quevedo (1580-1645) Velázquez: "Venus del espejo" Si quien ha de pintaros ha de veros, y no es posible sin cegar miraros, ¿quién será poderoso a retrataros, sin ofender su vista y ofenderos? En nieve y rosas quise floreceros; mas fuera honrar las rosas y agraviaros; dos luceros por ojos quise daros; mas ¿cuándo lo soñaron los luceros? Conocí el imposible en el bosquejo; mas vuestro espejo a vuestra lumbre propia aseguró el acierto en su reflejo. Podráos él retratar sin luz impropia, siendo vos de vos propia, en el espejo, original, pintor, pincel y copia.

"En los claustros del alma herida..."

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Francisco de Quevedo (1580-1645) En los claustros del alma la herida  yace callada; mas consume hambrienta  la vida, que en mis venas alimenta  llama las medulas extendida.  Bebe el ardor hidrópica mi vida,  que ya ceniza amante y macilenta,  cadáver del incendio hermoso, ostenta  su luz en humo y noche fallecida.  La gente esquivo, y me es horror el día;  dilato en largas voces negro llanto,  que a sordo mar mi ardiente pena envía.  A los suspiros di la voz del canto,  la confusión inunda el alma mía:  mi corazón es reino del espanto.

"¡Ay, Floralba! Soñé que te... ¿Dirélo?"

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Francisco de Quevedo (1580-1645) Mónica Ozámz Fortis: "Pasión" ¡Ay, Floralba ! Soñé que te... ¿Dirélo ? Sí, pues que sueño fue, que te gozaba ¿Y quién sino un amante que soñaba, juntara tanto infierno a tanto cielo ? Mis llamas con tu nieve y con tu hielo, Cual suele opuestas flechas de su aljaba, Mezclaba Amor, y honesto las mezclaba, Como mi adoración en su desvelo. Y dije: "Quiera Amor, quiera mi suerte, que nunca duerma yo, si estoy despierto, Y que si duermo, que jamás despierte" Mas desperté del dulce desconcierto, Y vi que estuve vivo con la muerte, Y vi que con la vida estaba muerto.

"Es hielo abrasador, es fuego helado..."

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Francisco de Quevedo (1580-1645) Es hielo abrasador, es fuego helado, es herida que duele y no se siente, es un soñado bien, un mal presente, es un breve descanso muy cansado. Es un descuido que nos da cuidado, un cobarde con nombre de valiente, un andar solitario entre la gente, un amar solamente ser amado. Es una libertad encarcelada, que dura hasta el postrero paroxismo; enfermedad que crece si es curada. Éste es el niño Amor, éste es su abismo. ¿Mirad cuál amistad tendrá con nada el que en todo es contrario de sí mismo!

"Receta para hacer Soledades en un día"

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Francisco de Quevedo (1580-1645) Quien quisiere ser culto en sólo un día, la jeri (aprenderá) gonza siguiente: fulgores, arrogar, joven, presiente, candor, construye, métrica armonía; poco, mucho, si no, purpuracía, neutralidad, conculca, erige, mente, pulsa, ostenta, librar, adolescente, señas traslada, pira, frustra, arpía; cede, impide, cisuras, petulante, palestra, liba, meta, argento, alterna, si bien disuelve émulo canoro.

"Poderoso caballero es Don Dinero"

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Francisco de Quevedo (1580-1645) Madre, yo al oro me humillo, Él es mi amante y mi amado, Pues de puro enamorado Anda continuo amarillo. Que pues doblón o sencillo Hace todo cuanto quiero, Poderoso caballero Es don Dinero. Nace en las Indias honrado, Donde el mundo le acompaña; Viene a morir en España, Y es en Génova enterrado. Y pues quien le trae al lado Es hermoso, aunque sea fiero, Poderoso caballero Es don Dinero.

"¡Fue sueño ayer: mañana será tierra!..."

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  Francisco de Quevedo (1580-1645)         ¡Fue sueño ayer: mañana será tierra! ¡Poco antes, nada; y poco después, humo! ¡Y destino ambiciones, y presumo, apenas punto al cerco que me cierra! Breve combate de importuna guerra, en mi defensa, soy peligro sumo; y mientras con mis armas me consumo, menos me hospeda el cuerpo, que me entierra. Ya no es ayer; mañana no ha llegado; hoy pasa, y es, y fue, con movimiento que a la muerte me lleva despeñado. Azadas son la hora y el momento que, a jornal de mi pena y mi cuidado, cavan en mi vivir mi monumento.

"¡Ah de la vida" ¿Nadie me responde?..."

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Francisco de Quevedo (1580-1645)   "Vanitas" Jens Rush « ¡Ah de la vida! »... ¿Nadie me responde? ¡Aquí de los antaños que he vivido! La Fortuna mis tiempos ha mordido; las Horas mi locura las esconde. ¡Que sin poder saber cómo ni adónde, la salud y la edad se hayan huido! Falta la vida, asiste lo vivido, y no hay calamidad que no me ronde. Ayer se fue; mañana no ha llegado; hoy se está yendo sin parar un punto; soy un fue, y un será, y un es cansado. En el hoy y mañana y ayer, junto pañales y mortaja, y he quedado presente sucesiones de difunto.

"Ándeme yo caliente..."

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Luis de Góngora y Argote (1561-1527) "Dos jóvenes a la mesa"- Diego de Velázquez Ande yo caliente, y ríase la gente. Traten otros del gobierno del mundo y sus monarquías, mientras gobiernan mis días mantequillas y pan tierno, y las mañana de invierno naranjada y aguardiente, y ríase la gente. Coma en dorada vajilla el príncipe mil cuidados como píldoras dorados, que yo en mi pobre mesilla quiero más una morcilla que en el asador reviente, y ríase la gente.